BUENOS AIRES (Reuters/EP) - El futbolista de Tigre de Argentina Matías Giménez dijo el martes que no iba a continuar jugando el torneo Apertura, después de ser amenazado por un grupo de hinchas violentos por su presunta falta de entrega en el equipo que está último en la tabla de posiciones.
Giménez, quien realizó toda su carrera en Tigre, se mostró angustiado y apesadumbrado después de que algunos integrantes de la "barra brava" lo interceptaron la semana pasada en la calle cuando se dirigía a su domicilio particular.
"Viví un momento triste y muy feo que me llevó a tomar la decisión de no seguir jugando (el torneo)", dijo Giménez a periodistas.
"Se lo comuniqué a mi representante y a los dirigentes, y en diciembre cambiaré de aire (de club). Tomé la decisión por seguridad de mi familia, ellos son todo para mí y no quiero que les pase nada", explicó el centrocampista.
Giménez, quien a principios de año estuvo en carpeta de varios clubes de Argentina, le comunicó la decisión a sus compañeros y al cuerpo técnico, y continuará entrenando hasta que consiga una transferencia a otro club.
"La decisión la tomé en torno a la seguridad de mi familia, hace poco fui papá, tengo dos hijos que realmente valen más que una pelota", explicó Giménez.
El futbolista destacó que vivió "un momento muy feo".
"Me recriminaron la actitud mía de juego, que no era buena y que no dejaba todo en los partidos. discutimos un rato y después terminó pasando algo muy feo, pero no voy a dar detalles", dijo Giménez.
El mediocampista dijo que se va a mudar de San Fernando, en los suburbios de Buenos Aires y que su decisión no tiene marcha atrás.
"A la decisión no la voy a cambiar más", dijo terminante.
Además de Giménez, también fueron increpados por los "barras bravas" los mediocampista Diego Castaño y Martín Morel, quienes se mantuvieron en silencio.