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ASUNCIÓN, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
El 3 de febrero de 1989 el militar Alfredo Stroessner fue derrocado tras 35 años de dictadura. Han pasado 25 años desde su caída y solo un 7,2 por ciento de los paraguayos considera que bajo su mando se cometieron atrocidades y violaciones contra los Derechos Humanos.
El tiempo ha hecho mella en gran parte de la memoria del pueblo paraguayo. Según una encuesta elaborada con motivo del 25 aniversario de la instauración de la democracia, el 53 por ciento de los sondeados ha considerado que Alfredo Stroessner (1954-1989) fue un dictador, mientras que solo un 7,2 le ha considerado responsable de las numerosas violaciones contra los Derechos Humanos que se cometieron bajo su tiranía.
El sondeo fue realizado por el Gabinete de Estudios de Opinión (GEO) de Paraguay, y en el se ha recogido la escasa vinculación que parte de la población otorga a las dictaduras en relación con las violaciones que se cometen en este tipo de regímenes políticos, tal y como ha apuntado el diario paraguayo 'Última Hora'.
Es decir, si bien una parte catalogó de dictadura al Gobierno de Stroessner, muy pocos le otorgan la perversidad que se le presupone a este tipo de regímenes. Algunos encuestados, un escaso 4,7 por ciento, incluso han llegado a catalogar al militar como un "presidente progresista".
El estudio también ha hecho un balance de los 25 años de democracia en el país, así como de los presidentes que han ostentado la Jefatura del Estado. Según la opinión de los ciudadanos encuestados, el socialista Fernando Lugo (2008-2012), y los colorados Andrés Rodríguez Pedotti (1989-1993) y Nicanor Duarte Frutos (2003-2008), fueron los mejor valorados, en especial, por el apoyo social que brindaron a muchos sectores de la población paraguaya.
"NO HAY DEMOCRACIA SIN REFORMA AGRARIA"
La Federación Nacional Campesina (FNC) de Paraguay ha expresado este lunes, con motivo del 25 aniversario de la caída del dictador Alfredo Stressner, que si bien durante estos años se ha avanzado en materia de libertad de expresión y manifestación, todavía persisten fuertes desigualdades sociales, en especial en el campo, donde la Policía reprime con dureza las reivindicaciones de los labriegos.
"No hay democracia sin reforma agraria", han sentenciado los gremios del campo, que 25 años después denuncian la injusticia que supone que una minoría terrateniente albergue en sus manos la gran concentración de tierra que existe en Paraguay.
En ese sentido también se ha manifestado la Central Nacional de Trabajadores (CNT) de Paraguay, quien ha denunciado la persecución de los sindicatos y la escasa influencia que tienen en las decisiones de Estado en cuanto a materia laboral y social, debido a la fuerza de "la dictadura empresarial".