MADRID 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los oftalmólogos del grupo Miranza Jaime Aramberri y Rebeca Atienza han señalado que la pérdida de interés por la lectura en torno a los 45 años puede deberse a la presbicia, más conocida como vista cansada, que suele afectar al 81 por ciento de los españoles de la mencionada edad, y al 98 por ciento de la población mayor de 65 años.
La pérdida de capacidad de enfoque, que se debe al envejecimiento natural del cristalino, tiene un impacto "directo" en las actividades diarias como la lectura, haciendo que las personas necesiten más luz, estirar el brazo para alejar el libro o sufrir dolores de cabeza por la fatiga ocular.
Además, puede inferir en las tareas cotidianas y afectar a su independencia, razón por la que ambos especialistas han resaltado que muchas personas se encuentran buscando alternativas que les permitan recuperar autonomía sin depender de gafas.
"En nuestras consultas, estamos viendo un claro aumento de la demanda de la cirugía para la presbicia o cirugía del cristalino, que ofrece a los pacientes la posibilidad de corregir este problema de manera definitiva. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto no es una cirugía para todo el mundo. Hay que personalizarla", ha señalado el doctor Aramberri.
Tras ello, ha recalcado que esta personalización va de la mano de un buen estudio preoperatorio, algo "clave" para determinar cuándo operar la presbicia en cada persona y qué tipo de lente intraocular implantar en el ojo para reemplazar al cristalino envejecido.
"Cuando hablamos de las lentes '0 gafas' nos referimos a las lentes multifocales, que permiten ver nítido a cualquier distancia. No obstante, a pesar de esta gran ventaja, no siempre son la mejor opción para todos los pacientes, que también pueden beneficiarse de otras alternativas, como las lentes de rango extendido, optimizadas; por ejemplo, para la distancia de trabajo con el ordenador", ha indicado la doctora Atienza.
La innovación en lentes intraoculares también está contribuyendo a que las cataratas se operen antes, pues estas afectan igualmente al cristalino del ojo.
"En la cirugía de catarata convencional se implantan lentes intraoculares monofocales, que permiten ver bien de lejos, pero requieren seguir usando gafas para el resto de las distancias. En cambio, con los nuevos modelos de lentes intraoculares 'premium', los pacientes no solo resuelven su problema de cataratas, sino que también recuperan su juventud visual con la máxima independencia posible de gafas", ha añadido el doctor Aramberri.
Estas ventajas, unidas a la "alta seguridad" de esta cirugía y la "rápida recuperación" que ofrece, hace que muchas personas ya no quieran esperar para operarse del cristalino, aunque aún no tengan catarata o esta sea incipiente, tal y como ha explicado el experto.