Publicado 02/02/2025 02:35

La guerra civil lleva la amenaza de Estado Islámico a Sudán

Archivo - 27 August 2024, Sudan, Omdurman: Bullet holes mark the dome of a mosque, a testament to the bloody power struggle that has gripped Sudan for nearly 16 months. According to the UN, this conflict has sparked the world's largest refugee crisis, dis
Archivo - 27 August 2024, Sudan, Omdurman: Bullet holes mark the dome of a mosque, a testament to the bloody power struggle that has gripped Sudan for nearly 16 months. According to the UN, this conflict has sparked the world's largest refugee crisis, dis - Mudathir Hameed/dpa - Archivo

El grupo terrorista llama a hacer la yihad en este país sumido desde hace casi dos años años en un grave conflicto

MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

Más de 150.000 muertos, más de 8,8 millones de desplazados internos y más de 3 millones de refugiados en la región. Esas son algunas de las cifras que dejan los casi dos años de guerra civil en Sudán, un conflicto que no genera tanta atención mediática ni esfuerzos diplomáticos para su resolución como los de Ucrania u Oriente Próximo, pero en el que Estado Islámico ha sabido ver una nueva oportunidad de propagar su ideología.

Tras la desaparición del 'califato' en Irak y Siria en 2019, el grupo terrorista ha convertido África en su principal bastión, con importantes filiales que operan en el Sahel, en el lago Chad, en el este de República Democrática del Congo y en el norte de Mozambique. Ahora, quieren sumar a Sudán a esta lista.

En este sentido, en un reciente editorial publicado en su semanario 'Al Naba', Estado Islámico hizo un llamamiento a la yihad en Sudán aprovechando la situación de guerra fratricida en el país entre el Ejército sudanés, comandado por Abdelfatá al Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que encabeza Mohamed Hamdan Dagalo, alias 'Hemedti'.

"Entre las heridas que están sangrando silenciosamente y sin parar están las heridas de nuestros oprimidos hermanos en la olvidada Sudán, donde los musulmanes están expuestos a los crímenes más odiosos de asesinato, encarcelamiento, tortura, violación de su honor y el robo de su dinero y propiedades", sostiene Estado Islámico.

El grupo terrorista, según indica el experto en terrorismo Caleb Weiss en un artículo sobre el editorial en 'Long War Journal', considera que tanto Al Burhan como Hemedti son "enemigos del Islam" y por tanto no se puede creer en ellos "sin importar el resultado de la guerra entre ambos".

Tanto el jefe del Ejército sudanés como el jefe de las RSF forman parte, en opinión de Estado Islámico, del "orden mundial infiel". En este sentido, esgrimen que la solución para devolver la dignidad a los musulmanes en Sudán pasa por la yihad.

LA YIHAD ES LA SOLUCIÓN

"Apoyar a los musulmanes en Sudán es la obligación de todo musulmán capaz, como en Irak, Siria, Yemen, Palestina y otros lugares", sostiene el editorial. "Esto solo puede lograrse mediante la yihad y combatiendo, o gastando dinero (para apoyar la yihad) o alentando (la yihad)", añade.

Además, hace un llamamiento particular a los jóvenes musulmanes y los muyahidines que ya se encuentran en Sudán, a quienes pide que "trabajen diligentemente para explotar la situación en beneficio de la yihad, bien mediante el reclutamiento o la preparación, con el fin de establecer un núcleo que haga frente a los peligros a corto plazo y ayude a establecer una yihad a largo plazo", siempre según la traducción que ofrece Weiss.

No es la primera vez que Estado Islámico trata de atraer a combatientes al continente africano, sin que por el momento se haya constatado un importante flujo de lo que se conoce como combatientes extranjeros, más allá de presencia de milicianos de otros países de África combatiendo fuera de sus países.

PRESENCIA DE ESTADO ISLÁMICO

En este sentido, ya en el pasado se ha detectado una considerable presencia de yihadisas sudaneses en las filas de Estado Islámico en Libia, por ejemplo, además de una relativa presencia de combatientes de este grupo terrorista en el propio Sudán.

Según explica Weiss en su artículo, Estado Islámico contaría desde al menos el año 2019 con una célula en Sudán contra la que las autoridades sudanesas han llevado a cabo varias operaciones y arrestos. "La red sudanesa de Estado Islámico ha persistido, si bien no parece aún que sea una red para cometer ataques sino más bien para finanzas, suministro y logística para otras filiales de Estado Islámico".

Ya en julio de 2023, el comité de la ONU encargado de dar seguimiento a las sanciones contra Estado Islámico y Al Qaeda indicaba que había preocupación entre los estados miembro por que ambos grupos terroristas aprovecharan el conflicto en Sudán "para avanzar en sus agendas terroristas.

En este sentido, advertía de que al frente de la célula de Estado Islámico en el país estaba Abu Bakr al Iraqi, un veterano miembro del núcleo central del grupo yihadista en Irak a quien le habían encomendado la tarea de "establecer una base logística y financiera en Sudán". Según dicho informe, esta célula estaba compuesta por entre 100 y 200 combatientes que "actúan como facilitadores para movimientos logísticos y transacciones".

En su siguiente informe, en enero de 2024, el citado comité insistía en la preocupación de los estados miembro de la ONU por que los grupos terroristas explotaran la "inestabilidad política y la violencia en Sudán", si bien reconocían que por el momento el país servía a Estado Islámico como "hub" para facilitar "el traslado de combatientes al sur de Libia, Malí y África Occidental".

NO PERDER DE VISTA LA AMENAZA

Así las cosas Weiss, analista de Bridgeway Foundation sostiene que tras el llamamiento a la yihad en Sudán "no hay que perder de vista" a la red con que ya cuenta en el país "ya que podría pasar de un papel de apoyo a uno operativo o de ataque". "Estado Islámico ya cuenta claramente con un esqueleto desde el que podría construir una de sus llamadas 'provincias'", alerta.

Por otra parte, recuerda que Al Qaeda también hizo un llamamiento a la yihad en Sudán en octubre de 2022 a través de Abú Hudhayfá al Sudani, un destacado miembro, sin que desde entonces se haya tenido noticia de una mayor presencia de este grupo terrorista, mucho menos dado a la publicidad que su rival de Estado Islámico.

Cabe recordar que Sudán sirvió de refugio a Al Qaeda y a su líder y fundador, Usama bin Laden, a principios de los años 1990. Aquí llegaron con la connivencia de las autoridades sudanesas a cambio de que Bin Laden financiara negocios en el país, pero en 1996 se les invitó a marcharse, forzando su regreso a Afganistán.

Según Weiss, aunque posteriormente ha habido constancia de distintas células de Al Qaeda en el país, en los últimos años el grupo yihadista no parece haber estado "particularmente activo". No obstante, el manual que publicó en 2022 Al Sudani deja claro que "desean estarlo". "Está por ver si hace o no un esfuerzo público más concertado ante el llamamiento a las armas de Estado Islámico", remacha.

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