MADRID 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 30 de enero se celebra el Día Internacional del Croissant, para conmemorar este tradicional dulce tan sabroso y famoso.
ORIGEN DEL CROISSANT
El croissant fue creado en París en el siglo XIX, donde los panaderos se inspiraron en el kifli austriaco, un panecillo tradicional en Europa del Este típico de Hungría, Bulgaria, Austria, Eslovenia y Serbia. El kifli fue popularizado por August Zang, un empresario austriaco que tuvo una enorme influencia en los métodos de cocción franceses.
¿QUIÉN POPULARIZÓ EL CROISSANT EN FRANCIA?
María Antonieta de Austria, la reina esposa del rey Luis XVI, fue la responsable de la propagación en toda Francia del famoso panecillo. Esta lo hizo famoso en la alta sociedad francesa debido a que consumía los "kipferl" o "kifli" y los bautizó como croissants, introduciéndolos así en La Corte de Versalles.
¿CÓMO SE ELABORA UN CROISSANT?
Este bollo de hojaldre en forma de media luna, se caracteriza por ser ligero, esponjoso, crujiente y desprender un sabor a mantequilla único. El croissant se suele comer con un relleno en su interior, ya sea de chocolate, crema, o un relleno salado, como el queso y el jamón.
Un croissant francés original y clásico consiste en 55 capas de las que 27 son de mantequilla que se logran con un pliegue francés seguido de 3 pliegues en forma de letra. Además la mantequilla utilizada es mantequilla seca que conlleva un mayor porcentaje de grasa que el de la mantequilla ordinaria y clásica. Generalmente para elaborarlo se debe utilizar harina de trigo, mantequilla, sal, azúcar, levadura fresca o en polvo y agua.