PANAMA, 13 Feb (EUROPA PRESS)
En el centro de la capital de Panamá se vivieron jornadas de alta tensión cuando, en respuesta a la proposición de reforma al sistema de pensiones actualmente en discusión en la Asamblea de Diputados, miles de manifestantes tomaron las calles en señal de protesta. Dicha reforma sugiere posponer la edad para jubilarse por tres años, una medida que no ha sido bien recibida por sectores de la población.
El saldo de las protestas ascendió a casi 500 personas detenidas, según cifras proporcionadas por el Ministerio de Seguridad Pública, que apuntó a "un grupo de trabajadores de la construcción" como los principales instigadores de los actos de violencia. Este grupo fue acusado de obstruir la importante avenida Balboa y de agresiones hacia los cuerpos de seguridad, quienes se vieron en la necesidad de ejercer un "uso controlado de la fuerza".
El director general de la Policía Nacional, Jaime Fernández, expresó su pesar ante los medios por la degeneración de una acción que, según él, comenzó como una campaña informativa para derivar en una "escalada de violencia". Los disturbios resultaron en 16 agentes lesionados y daños valuados en aproximadamente 267,000 dólares (sobre 256,000 euros), incluyendo destrozos significativos en las construcciones de un hospital, según reportó el diario 'La Prensa'.
"No permitiremos que se violen los derechos de los panameños por consignas que (...) terminan en violencia", aseguró Fernández, calificando los hechos como "inaceptable y reprochable".
Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Frank Abrego, se pronunció en las redes sociales, recordando que, aunque las manifestaciones representan un medio legítimo de expresión y un derecho fundamental en cualquier democracia, la violencia tergiversa su verdadero propósito y conduce a graves repercusiones. Abrego también hizo una visita a los policías heridos, a quienes les expresó su apreciación en persona.